Te ponen nervioso las despedidas por breve que sea el periodo de separación? Te deprimen o te dan rabia? A veces sentimos oleadas de emociones intensas sin entender a qué responden. Hoy nos centraremos en las despedidas y, por derviación, en los reencuentros.
Si sientes que sobrerreaccionas a las despedidas pequeñas – por ejemplo, si tu pareja viaja por pega, o si estando en una relación viven separados y cada uno parte a su casa- es buena idea ponerle ojo a la historia que te estás contando.
*Las historias son poderosas: las tenemos tan integradas que a veces basta un gatillante pequeño para dar pie a la historia que se manifiesta como una emoción fuerte, desproporcionada e incómoda. Tal vez creciste como hijo de papás separados yendo de casa en casa. O quizás creciste en un ambiente inestable, donde las figuras que eran importantes para ti no estaban de forma constante. Tal vez alguien importante para ti no estuvo presente. Tu mapa mental y emocional se puede haber configurado entorno a una historia que suena como alguna de estas:
– si se va, es porque no le importo lo suficiente.
– si se va, puede ser que no vuelva.
– si se va, es porque nunca quiso estar en primer lugar.
– si se va, es porque no me merezco estar acompañado/a.
Y así. Con una historia de este tipo, el reencuentro también se entorpece. Nos volvemos fríos, distantes, hemos levantado una coraza durante la ausencia -nos contamos la historia de que estamos bien solos, de que no necesitamos a nadie- y entonces cuando el otro vuelve, es todo raro. Si esto te hace sentido, es importante entonces empezar a reconfigurar la historia y darte tiempo para calmarte ANTES de que se vaya y para el otro también pueda irse tranquilo. También permítete sentir y aceptar la ambivalencia al recibirlo de nuevo -el alivio de que vuelva y al mismo tiempo la frialdad por haberse ido- y planear algo que les permita reconectar de forma segura.
*
Qué te generan las separaciones? Cómo reaccionas? Te alejas, alejas a tu pareja, te resientes?